La asesinada de un botellazo solo era feliz cuando su hijo no estaba en casa

La mujer que presuntamente fue asesinada en Coslada en 2009 por su hijo, golpeándole en la cabeza con una botella de cava, solo era feliz cuando él se iba de casa, según ha declarado hoy una empleada bancaria a la que la víctima visitaba todas las semanas y a la que pidió un préstamo para su supuesto agresor.

El acusado, Mariano N.S., que se ha acogido a su derecho a no declarar en el juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial, había tenido "un problema en un hotel" y su madre, Juana S.S., de 72 años, pidió un préstamo para ayudarle, ha dicho la empleada del banco.

También ha recordado que la víctima le dijo alguna vez que su hijo estaba deprimido y se solía encerrar en su habitación.

La fiscal, que ha calificado el supuesto crimen de "atroz" y solicita una pena de 20 años de cárcel, ha pedido al tribunal popular que debe juzgar al procesado que lea las declaraciones realizadas por él en la instrucción del caso, en las cuales decía que estaba fuera de Coslada el día de los hechos, el 13 de febrero de 2009.

El Ministerio Fiscal ha afirmado que quiere probar las contradicciones entre esas manifestaciones y las pruebas de cargo que espera demostrar en la vista, entre ellas la existencia del ADN de Mariano en la botella que supuestamente se utilizó en el asesinato, y el que se encontraran manchas de sangre de ella en sus zapatillas.

Varias amigas de la fallecida, que dieron la voz de alarma sobre que algo ocurría con la mujer al no presentarse a una cita con ellas, han destacado ante la sección decimoséptima que se trataba de una mujer "reservada", ya que en ocho años de amistad nunca habían subido a su casa.

Además, han resaltado que la víctima había acudido una vez al centro de mayores donde se reunían con un labio partido, aunque ella lo achacó a una caída por una bajada de tensión.

Por su parte, una nieta de la mujer asesinada ha declarado que el acusado se llevaba "supuestamente bien" con la víctima, aunque ella se estaba triste porque su hijo mayor no iba a verla y porque el mediano -padre de la joven- había fallecido en un accidente de tráfico.

La fiscal pide también que el acusado, de 36 años y que se encuentra en prisión provisional, indemnice a su único hermano vivo y a la hija de éste con 52.838 euros.